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31-12-2017

Campana y se acabó…! Cerramos este año 2017 con un gran broche de oro, y es un bonito reportaje del suplemento «Fuera de Serie» del periódico El Mundo que hemos realizado junto a nuestro amigo y criador Luisma de Mastines de Los Piscardos. Una gran iniciativa cuya finalidad, una vez más, es el conocimiento y difusión de la raza del Mastín Español y su gran labor en la protección de los ataques del lobo y otras alimañas en los ganados. Agradecer a estos grandes medios de comunicación por la gran implicación y dedicación que han tenido a lo largo de la confección de toda la crónica. Debajo os dejamos parte del artículo con textos, fotos y mucha información que seguro os resultará de gran interés.

Del mismo modo, queremos despedir el año dando las gracias a todos nuestros seguidores que nos apoyan tanto en redes sociales, como en exposiciones, como en el día a día, a nuestra familia y a amigos, que siempre nos tienden una mano para ayudar y facilitarnos la labor en la crianza. Esperamos que el 2018 nos traiga tantas satisfacciones como nos trajo el 2017, Brio de Filandón campeón AEPME 2017 y de España, Brisca de Filandón campeona AEPME 2017, CHJ Trecho de Filandón campeón de España (pendiente homologación), CHJ Bruja I de Filandón campeona de León 2017 y segunda campeona AEPME 2017 y Mejor Grupo de Cría AEPME 2017. Además de que estamos muy contentos con los cruces que hemos realizado este año y con los resultados obtenidos, siempre intentando mejorar la raza en todo lo posible, unas veces lo conseguimos y otras nos quedamos muy cerquita. Gracias a todos por confiar un año más en nuestro criadero, pero sobretodo gracias por amar a esta gran raza que nos hermana a todos, el imponente y moloso MASTÍN ESPAÑOL. 

Feliz Nochevieja y FELIZ AÑO NUEVO 2018!! SALUD!!

 


CRÓNICA:

El mastín, la mejor raza para proteger al ganado

Trecho de Filandón, ejemplar macho del Criadero Mastines de Filandón

 

El mastín es una raza muy protectora del ganado. En España incluso se venden al extranjero por unos 1.500 euros.

En 2016 murieron 10.500 reses en España en ataques de lobos. El mastín español se ha erigido en defensor. Ganaderos europeos pagan 1.500 euros por ellos. Viajamos al criadero leonés de los supercampeones

Que viene el lobo, que viene el lobo…!, nos alertaban de críos cuando ignorábamos un peligro latente o reincidíamos en tentar a una suerte que finalmente se tornaba funesta. Pero ellos viven ajenos a amenazas de alimañas, ciertas o figuradas. Con su mirada medio cansada, babeantes y colosales, contemplan el monte impertérritos. Ni se inmutan, mecidos por música de cencerros mientras resbala por su pelaje una lluvia cada vez más escasa. «Que venga, que venga el lobo que aquí le esperamos», parecen cavilar. Jadeantes tras un paseo, se repantigan en la grama en medio de un rebaño de vacas de los valles astures. No hay mejores mastines en el mundo que los leoneses.

Y nada disuade más a los lobos de entrar en sus dominios que esta raza de canes subdenominados molosos (de constitución poderosa y mandíbula impactante, originarios de una región griega llamada Molosia), extremadamente fornidos, valerosos y más leales que Sancho Panza. Los crían como excelentes campeones enVillablino, una localidad que se acoda en la cuenca minera leonesa más castigada por el paro y el cierre de yacimientos. En este hermoso valle de Laciana, con el frontón montañoso asturiano a las espaldas, han encontrado los mastines españoles (o leoneses, ambas denominaciones son aceptadas) su gran santuario, el enclave idóneo donde redondear su pedigrí y optimizar sus virtudes innatas como fieles guardianes.

Los mejores criadores los miman en estas laderas verdes con negro corazón de carbón. En apenas un radio de 10 kilómetros ladran los mejores del planeta. Sin discusión. Vienen a por ellos pastores de Rusia, de Alemania, de Chequia. A 1.500 euros el cachorro. Para que velen por reses lejanas con ese instinto de protección que nadie les ha enseñado. «En esta comarca somos 16 criadores, es una gran zona mastinera. Aquí seleccionamos el que conocimos en nuestras casas, el de toda la vida. La afición me viene por mi abuelo ganadero que siempre tuvo perros grandes para defender sus vacas de las alimañas, los lobos y los zorros», explica José Manuel Moncó García (Villablino, León, 21 de diciembre de 1979), al frente de Mastines de Filandón, un criadero de campeonato que lleva 14 años recopilando premios. Quien fuera soldador y calderero mecánico en esta región minera hasta que el desempleo enseñó los dientes, hoy saca a sus 16 mastines a pasear por un sendero sin asfaltar.

La cabeza, con una medida de unos 24 centímetros, define a un buen perro como «Trecho de Filandón»

Juguetean. Agrupados. Se disuelven en unas campas donde corretean pesadamente. Por allí anda Brío que fue campeón de España en Somo (Cantabria), un ejemplar pardo de 96 kilos y 81 cm de alzada; y por allá Trecho, un pardo rojo de dos años; se enfada Brote con el pequeño Brizna, un cachorro angelical y atigrado de pelaje que apunta alto.

 

 

Canon de belleza

El mastín es un perro dócil y nunca abandona al ganado.

Moncó se aviene a trazar la plantilla del perfecto mastín español. «La pieza angular en la raza es su cabeza, de unos 24 centímetros», explica, «con una relación entre la longitud del cráneo y de la cara de seis a cuatro. La trufa [nariz] debe ser negra, húmeda, grande y ancha. Es importantísimo el movimiento, armónico, equilibrado en su paso o trote, con un desplazamiento suelto, fluido y garboso, con una leve inclinación de la grupa. Los belfos, las comisuras, deben cumplir, ser desprendidos proporcionalmente. Las orejas, pequeñas, triangulares e insertadas por encima de la línea del ojo, que la punta de la oreja no exceda de las mejillas. Sus ojos oscuros denotarán nobleza, los iris claros penalizan [denotan mastines agresivos, inestables o desconfiados]; la dentición blanca, fuerte y sana. Los colmillos serán grandes, afilados y formando buena presa.

Molares fuertes y potentes. Incisivos pequeños. En su mordida, los dientes de arriba pasan sobre los de abajo, en tijera. El dorso recto, el cuerpo ha de ser un rectángulo. A los 3 años ya están plenos», añade. Por su pelaje los hay pardos, lobatos, atigrados, pintos, píos, rojos… Debe ser tupido, grueso, semilargo, liso. Se distinguen dos tipos de pelo: uno de cobertura sobre el dorso y otro de protección sobre los costillares y flancos; más corto en los miembros y más largo en la cola. «Los que los llevan a concursos de belleza lo hacen por afición porque no hay premios en metálico. Obviamente luego pueden vender al animal como reproductor o sus cachorros», explica Sierra, quien, también criador en La Rioja, se enorgullece de que el plan de cría de la Asociación cumpla 20 años en 2018 y de que cuente con 500 miembros, «quizá la asociación canina más dinámica, quitando el mundo de los galgos. Tenemos hasta una revista anual con 164 páginas, que va por su número 60».

El pastor leonés Luis Manuel Fernández y su mastín «Rango de los Piscardos».

En cuanto al carácter, el mastín español se presenta dócil, equilibrado, de fácil trabajo; cercano a lo suyo, disuasorio de lo ajeno. Rara vez sucede que haga frente a una persona, debe verse muy provocado. Al lobo sí le hace frente, llegado el envite si es menester. El mastín corre detrás de lo que reviste peligro, pero sólo para ahuyentar y nunca abandona el ganado. No recibe ni tiene órdenes o voces de arreo. Exhibe puro instinto, independiente, con una educación mínima y sin estar sometido a pruebas de trabajo. Sabe de su función montaraz, pero se muestra siempre cariñoso y zalamero con su dueño… El amor es mutuo. Y desinteresado. Lo refrenda Moncó. «La labor del criador resulta muy compleja. Te tiene que gustar muchísimo la raza. Recomiendo a quien quiera criar este tipo de perro que lo haga porque le guste, porque le va a costar dinero todos los meses. Un mastín necesita de finca para moverse.

Si te decantas por el mastín español, hay que hacer una cría honesta y transparente. Ser meticulosos. Si los mastines no tienen los cánones de tipicidad o de belleza, es mejor no reproducirlos», explica. Deben descartarse también los ejemplares excesivamente tímidos, cobardes y desequilibrados. «Y que nadie tenga miedo de encontrarse con un lobo por el monte que lo único que va a hacer el animal es escapar», recuerda Luis Manuel Fernández. Tampoco hay que temer el embroque con un mastín, un can que mostrará un carácter tan plácido, equilibrado y sosegado como el que retrató Velázquez en Las Meninas.

 

Leer artículo completo pinchando aquí: www.expansion.com

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